Salud Pública y Salud Mental. UCES Rafaela
Prof. Adj.: Víctor Isaía JTP: Luciana Galloni
Segunda Evaluación Parcial.
Modalidad:
Domiciliaria y Grupal (no mas de tres alumnos).
Fecha de entrega:
11 de junio hasta las 20 hs.
Presentación: La
extensión del desarrollo del trabajo no podrá ser menor a 3 carillas y no mayor
a 6 (letra tamaño 12 interlineado
simple), más una carilla de portada y otra de referencias bibliográficas.
1) Diseñen un dispositivo alternativo o sustitutivo a la
hospitalización en Salud Mental. Incluya, entre otros, los siguientes
elementos:
Nombre
Donde
Con
quienes/para quienes
Con que
saberes
Objetivos
Tareas
Fundamente su diseño a partir del
marco legal vigente en el campo de la Salud
Mental , los desarrollos teóricos y las prácticas abordadas en
la unidad 3 y 4.
2) Analicen la
“Carta a los directores de Asilos de Locos” de Antonin Artaud (1896 – 1948) a
la luz de la función política de la
Psiquiatría y la propuesta teórica de la Antipsiquiatría.
Ejemplifique con fragmentos de la Carta.
Señores:
Las leyes, las costumbres, les conceden el derecho de medir el espíritu. Esta jurisdicción soberana y terrible, ustedes la ejercen con su entendimiento. No nos hagan reír. La credulidad de los pueblos civilizados, de los especialistas, de los gobernantes, reviste a la psiquiatría de inexplicables luces sobrenaturales. La profesión que ustedes ejercen está juzgada de antemano. No pensamos discutir aquí el valor de esa ciencia, ni la dudosa realidad de las enfermedades mentales. Pero por cada cien pretendidas patogenias, donde se desencadena la confusión de la materia y del espíritu, por cada cien clasificaciones donde las más vagas son también las únicas utilizables, ¿cuántas nobles tentativas se han hecho para acercarse al mundo cerebral en el que viven todos aquellos que ustedes han encerrado? ¿Cuántos de ustedes, por ejemplo, consideran que el sueño del demente precoz o las imágenes que lo acosan, son algo más que una ensalada de palabras?
Las leyes, las costumbres, les conceden el derecho de medir el espíritu. Esta jurisdicción soberana y terrible, ustedes la ejercen con su entendimiento. No nos hagan reír. La credulidad de los pueblos civilizados, de los especialistas, de los gobernantes, reviste a la psiquiatría de inexplicables luces sobrenaturales. La profesión que ustedes ejercen está juzgada de antemano. No pensamos discutir aquí el valor de esa ciencia, ni la dudosa realidad de las enfermedades mentales. Pero por cada cien pretendidas patogenias, donde se desencadena la confusión de la materia y del espíritu, por cada cien clasificaciones donde las más vagas son también las únicas utilizables, ¿cuántas nobles tentativas se han hecho para acercarse al mundo cerebral en el que viven todos aquellos que ustedes han encerrado? ¿Cuántos de ustedes, por ejemplo, consideran que el sueño del demente precoz o las imágenes que lo acosan, son algo más que una ensalada de palabras?
No nos sorprende ver hasta qué punto ustedes están por debajo de una
tarea para la que sólo hay muy pocos predestinados. Pero nos rebelamos contra
el derecho concedido a ciertos hombres -incapacitados o no- de dar por
terminadas sus investigaciones en el campo del espíritu con un veredicto de
encarcelamiento perpetuo.
¡Y qué encarcelamiento! Se sabe -nunca se sabrá lo suficiente- que los
asilos, lejos de ser “asilos”, son cárceles horrendas donde los recluidos
proveen mano de obra gratuita y cómoda, y donde la brutalidad es norma. Y
ustedes toleran todo esto. El hospicio de alienados, bajo el amparo de la
ciencia y de la justicia, es comparable a los cuarteles, a las cárceles, a los
penales.
No nos referimos aquí a las internaciones arbitrarias, para evitarles
la molestia de un fácil desmentido. Afirmamos que gran parte de sus internados
-completamente locos según la definición oficial- están también recluídos
arbitrariamente. Y no podemos admitir que se impida el libre desenvolvimiento
de un delirio, tan legitimo y lógico como cualquier otra serie de ideas y de
actos humanos. La represión de las reacciones antisociales es tan quimérica
como inaceptable en principio. Todos los actos individuales son antisociales.
Los locos son las víctimas individuales por excelencia de la dictadura social.
Y en nombre de esa individualidad, que es patrimonio del hombre, reclamamos la
libertad de esos galeotes de la sensibilidad, ya que no está dentro de las
facultades de la ley el condenar a encierro a todos aquellos que piensan y
obran.
Sin insistir en el carácter verdaderamente genial de las
manifestaciones de ciertos locos, en la medida de nuestra aptitud para
estimarlas, afirmamos la legitimidad absoluta de su concepción de la realidad y
de todos los actos que de ella se derivan.
Esperamos que mañana por la mañana, a la hora de la visita médica,
recuerden esto, cuando traten de conversar sin léxico con esos hombres sobre
los cuales, reconózcanlo, sólo tienen la superioridad que da la fuerza.
Criterios de
evaluación.
- Presentación formal
- Capacidad de síntesis.
- Claridad, precisión y comprensión de los conceptos teóricos.
- Coherencia y consistencia entre las acciones desarrolladas en el diseño del dispositivo y los marcos teóricos que las fundamentan.
- Articulación coherente y pertinente de las categorías trabajadas por los diversos autores.
- Articulación coherente y pertinente con fragmentos de la carta.
- Honestidad intelectual y corrección en la citas bibliográficas (http://www.uces.edu.ar/biblioteca/citas-bibliograficas-APA-2010.pdf)
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